Siempre dijeron que las segundas partes nunca fueron buenas. Aseguro que sí. Más tranquilidad, la más absoluta tranquilidad; mayor silencio, solo el ruido de los pájaros lejanos; solo el chapoteo de la cuerda del timón que iba en el agua. Niebla tendida, nubes sobre la montaña amenazante y el agua como un autentico espejo que reflejaba las altivas y solitarias montañas. Y al finalizar, sin prisas, sin kms que hacer, sin tiempo, una cervezita fresquita y una morcilla de la tierra. !!!Que más se puede pedir!!!!
Hombe... pues yo te pediría el facilembarquekayak, jejeje.
ResponderEliminarPrecioso y muy bien presentado.
Gracias por compartirlo.
Un abrazo.
Gracias
EliminarPreciosas imágenes amigo. Ya lo tienes guardado en la retina para los restos. Me alegro por ti amigo. Nos vemos ;)
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